Pausar la vida
- THCORNER
- 26 mar 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 3 mar 2022
Publicación original: Rosa en Bengala, Noticias Querétaro. Domingo, 22 de marzo 2020
Autora: Lucía Villarreal escribe@luciavillarreal.net
Te quedas en casa y las horas avanzan lentamente. No estás sola. Todos están en casa, nadie va a ningún lado. Tratas de poner la mejor cara al encierro voluntario, pero cómo extrañas el silencio matutino cuando todos se iban a sus ocupaciones.
En el afán de buscar normalidad en estos días anormales, organizas las agendas de la pequeña y la tuya para que incluyan de todo: algo académico, artístico, ejercicio, actividad al aire libre, algo por la casa y, también, tiempo de ocio.
En el supermercado, crees que al comprar de más obligarías a otro a comprar de menos, por eso no caes en la tentación de hacer compras de pánico y reniegas de quienes lo hicieron. Por la noche, escucharás en las noticias lo que sucede en Italia y España, al tiempo que te preguntarás si en algún día cercano lamentarás tu decisión de la mañana. Buscas la calma en medio del ruido que genera esta emergencia de salud. Te desconectas de las noticias (las falsas y las reales) que comparten tus contactos, pero aún así no encuentras calma. Pensaste que organizar los días ayudaría, pensaste que ponerle buena cara al encierro y no sobresaturarte de información sería suficiente. No lo fue.
Por primera vez, la generación de tus padres y la tuya enfrentan una crisis de esta magnitud. Por primera vez, tienes problemas para encontrar el justo medio en lo que haces: cuál es la medida correcta de prevención y cuándo es exageración; cuál es la medida precisa de miedo y cuándo se convierte en algo irracional; cuál es la medida correcta de comprensión y la de enojo contra los que no entienden por distanciamiento social lo que entiendes tú o contra quienes deberían de tomar decisiones y no las han tomado aún.
Y ¿para pausar la vida? Cuál es la medida precisa para pausar la vida. Cuánto tiempo se puede poner en pausa sin que se convierta en otra. Quizá este distanciamiento social ha generado otra vida; una donde las prioridades y el tiempo siguen otras reglas que aún no dominas. Tal vez la agenda diaria no es tan importe, quizás la calma se logra de una forma distinta y hay una escala de prioridades que no conocías. Es probable que estos días de ruido no logres mantener la calma, si acaso podrás vislumbrarla por instantes. Tendrás la inercia de agendar actividades porque estás acostumbrada a hacerlo; llevará tiempo asimilar la nueva forma de priorizar el tiempo y la vida. Tal vez para cuando lo hayas logrado, te preguntarás si como humanidad queremos -podemos- volver a la vida anterior. No lo sabes a ciencia cierta, pero sospechas que no.

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